La suerte está echada / El engranaje

Estos libretos cinematográficos de Jean-Paul Sartre corrieron muy distinta suerte y es probable que el libro sea su destino más propicio y definitivo. La suerte está echada llegó a la pantalla en los años inmediatamente posteriores a la guerra, El engranaje no halló, en el opresivo marco de la producción industrial de aquella época, productores dispuestos a arriesgarse. Pero, para el lector, importa más observar hasta qué punto participan estas ficciones de una temática y unas preocupaciones metafísicas que son, inconfundiblemente, el centro de toda la obra de Sartre en aquel período. Ecos de A puerta cerrada y de El muro se escuchan en La suerte está echada; en El engranaje pueden reconocerse los planteos, sobre la libertad individual y el compromiso social y político, que alientan en Los caminos de la libertad y Las manos sucias. Más importante aún, la forma del libreto cinematográfico, lejos de imponer al autor una servidumbre técnica, le ha permitido manejar una narración totalmente libre, a mitad de camino entre sus novelas y sus obras de teatro por la agudeza de los planteos dramáticos y la organización de los materiales de ficción. Al interés de estas narraciones se suma, de este modo, su apertura a una forma de relato tan apasionante como nueva.