El verano - Bodas
Publicadas con quince años de diferencia y al cabo reunidas en un solo volumen por Albert Camus, las colecciones de ensayos Bodas (1939) y El verano (1954) revelan las claves ocultas de la obra del autor. Bodas, centrado en su Argelia natal, ofrece una visión vitalista de la juventud y celebra la fuerza del paisaje. En El verano, un Camus ya maduro extiende su reflexión al ámbito del mundo moderno y la guerra, los mitos y la historia, el pensamiento clásico y la permanencia de la razón. El conjunto es un volumen a un tiempo íntimo y universal, una pequeña obra maestra que conecta con los libros más conocidos del Premio Nobel.
Las páginas de Bodas y El verano, reunidas hoy y confundidas en la especie de gloria meridiana de sus títulos, revelan las corrientes ocultas que alimentaron la obra de Albert Camus y arrebataron su obra a la desesperación, antes de que este artista excepcional de nuestros tiempos pereciese a manos de una muerte absurda.
Bodas es en cierto sentido el fragmento de un diario de viaje espiritual, morosamente detenido en el éxtasis de una tierra en la que nada ocurre fuera de ella misma, de su propia y oscura fuerza vital. De otro modo, constituye —junto con El verano— la clave de las restantes obras de Camus, aquellas en que los mismos paisajes, ahora áridos y desamparados, asumen la presencia de un enorme personaje que se infiltra en las almas.
Los escritos de El verano tienen en la tenacidad y en la aspereza que distingue a su hermosura la marca histórica que llevan los escritores que, después de la última guerra, en vez de resignarse a la muerte del espíritu o de llorar por ella, ponen todas sus energías en la lucha por la supervivencia de éste.