Así habló Zaratustra

Aunque el conjunto de la obra de Nietzsche tiene un carácter fragmentario, desde su primer libro, El origen de la tragedia (1872), hasta sus escritos de madurez, que se publicaron después de su muerte, existe una apretada trabazón interna. En el centro de esa trabazón aparece Así habló Zarathustra, escrito entre 1883 y 1884. Su descripción de lo dionisíaco y lo apolíneo como componentes fundamentales y antagónicas de toda la cultura occidental, se resuelve primero como una exaltación del elemento dionisíaco, depositario de la voluntad de vivir; posteriormente, se transforma en un ataque sistemático al componente apolíneo (es decir, al alma que, al entusiasmo por la belleza, contrapone el cálculo, el racionalismo, la cautela). Para Nietzsche, lo apolíneo es ante todo el temor a los impulsos vitales. Como Schopenhauer, Nietzsche dice que la vida es lucha y sufrimiento; que no se deja aprehender por la lógica y que destruye todo lo que se opone a su paso. Nietzsche propone la aceptación lisa y llana, espontánea, de «la vida tal como es», único camino para que el dolor pasivamente sufrido se transforme en alegría actuante. De allí surge la apasionada, virulenta crítica a que Nietzsche somete conjunto de la cultura occidental, cuya base es la negación de la vida y de sus leyes implacables.