La gran semana de Mayo

La Gran Semana de Mayo es la mejor prueba de cuanto podía realizar la pluma de López. Estas cartas fraguadas para relatar los sucesos de Mayo no obedecen a la simple transcripción de los documentos, fáciles de encontrar para el estudioso y aún para el curioso averiguador de lo anecdótico. Es una reconstrucción amena -aunque con algunas inexactitudes- de aquellos días y un retrato fiel de aquellos hombres. Porque en las actas famosas y en los petitorios populares no puede rastrearse, naturalmente, la personalidad de muchos actores de segundo orden, la importancia del medio ambiente y menos aún la luminosidad adquirida después por los personajes de primera fila en el drama heroico.

López escribió con cariñosa bien buscada campechanía la historia de la Gran Semana, imaginando vecinos que relatan lo que han visto y oído, con los toques necesarios para dar a la escena el aire que conviene. Seguramente él mismo no calculó el mérito que debía adquirir con el tiempo, caso frecuente en muchísimos escritores, que desconocen el valor real de sus propias producciones.