Consolaciones, Diálogos, Epístolas morales a Lucilio
El pensamiento de Lucio Anneo Séneca (4 a.C.-65), el máximo representante del estoicismo romano, invita a sobrellevar la vida sin termor. Para el autor de los Diálogos y las Cartas a Lucilio, una vida feliz exige un alma cuerda, ardorosa, paciente, flexible con las circunstancias sin llegar a ser blanda, serena hasta lograr no sorprenderse por nada, diestra con los dones de la naturaleza y, por último, lúcida a la hora de evitar la dependencia de tales dones poniéndolos como fines en sí mismos. Mantuvo que los males solamente lo son para la persona que no puede sobrellevarlos bien, y que el hombre bueno se curte sufriendo lo que para otros sería un mal, se entrena venciendo las adversidades y se perfecciona subyugándolas, preparando su espíritu en recio combate con ellas. Un hombre así sabe ofrecerse al destino. Las heridas de una determinada alma, y más incluso las que una alma brinda a ser nuevamente desgarradas, son la prueba de su valor.