Si me querés, quereme transa
"Dicen que el viejo Valdivia se sintió acorralado contra un paredón y cuando vio que le iban a caer, entonces dijo:
-Esperen, conchas de su madre. Quiero saber quién me va a matar. ¡Sáquense esa huevada de la cara!
De un solo escopetazo, Jerry le voló el gorro de visera. La sangre salpicó la campera de cuero negra. Le estalló la cabeza. Había sesos de Valdivia en la pared. Se veía en los flashazos de los disparos. Eso fue lo que quedó en la memoria de la gente; los pasamontañas, y esa forma de matar tan espectacular que no se habia visto antes en Villa del Señor. Pasaron por el pasillo. Iban con las caras cubiertas, como en la guerra, como los de Sendero Luminoso, que llegaban en la noche y no dejaban títere con cabeza.
Si Cuando me muera quiero que me toquen cumbia cambió la forma de presentar una investigación periodística y posicionó a Cristian Alarcón como indiscutido exponente de un nuevo género, su último libro termina de demostrar tanto el talento del autor como la fuerza de los hechos que relata: la lucha de los narcotraficantes por acaparar cada vez más poder, más clientes y más dinero, en pleno Buenos Aires. Una historia de drogas, amor y sangre, y un rezo permanente al Señor de los Milagros, el Cristo negro que prometió salvarlos.
Se habla de droga, narcos, villas, y casi nadie sabe de qué habla.
Cristian Alarcón se pasó años tratando de entenderlo. Ni novela, ni crónica, ni investigación, Si me querés... es todo eso y más: el dibujo de una de esas tramas -migraciones, familias, muertes, miserias, ambiciones- que van armando el presente de Latinoamérica. Es, también, un viaje a los mundos más lejanos, más desconocidos: los que están aquí mismo, entre nosotros. Y es, sobre todo, un gran relato.
MARTIN CAPARRÒS