La lengua absuelta
«Existen pocas cosas negativas que no haya dicho del hombre y de la humanidad. Y a pesar de todo me siento tan orgulloso de ambos que sólo odio realmente una cosa: su enemigo, la muerte.» LA LENGUA ABSUELTA, primera parte de su autobiografía, cubre el período que transcurre entre 1905 y 1921. «Sólo puedo decir que tengo presentes aquellos años con toda su frescura y con todo su rigor; han sido mi alimento durante más de sesenta años.» Por las páginas de la obra desfilan la infancia multilingüe y cosmopolita del escritor; la muerte repentina del padre, fulminado por «la terrible noticia del estallido de la guerra»; el traslado a Suiza en 1913; las vivencias de la guerra; los años de formación, con el propósito de llegar a ser sencillamente «un ser humano»; la pérdida «del paraíso de Zurich».