El crepúsculo de los ídolos

Para vivir sólo es menester ser una bestia o un Dios -dice Aristóteles-. Hay un tercer caso: es necesario ser lo uno y lo otro, ser filósofo. Esta afirmación de dimensión de su grandeza, una grandeza que lo llevó a situarse "más allá del bien y del mal", es decir, más allá de la moral, ya que, según sus propias afirmaciones, "el juicio moral tiene en común con el juicio religioso el creer en realidades que no existen."

La moral no es más que una intepretación de ciertos fenómenos, pero una interpretación falsa. El juicio moral pertenece, como el juicio religioso, a un grado de ignorancia donde la noción de realidad y la disinción entre los real y lo imaginario no existe.

El crepúsculo de los ídolos es un libro indispensable que traza al lector el itinerario prodigioso de la filosofía de uno de los grandes genios del pensamiento moderno.