El rinoceronte - El asesino sin gajes - La ira - Escena para cuatro personajes
Eugéne lonesco nace en Rumania el 31 de noviembre de 1912. Con sus padres —rumano el padre, francesa la madre— viaja a París al año de su nacimiento; en esta ciudad vive hasta los trece años. En 1925 vuelve a Rumania y sigue la carrera de letras. Enseña tres años el idioma francés en el liceo de Bucarest, hasta que en 1938 regresa a Francia para establecerse definitivamente allí. Se emplea en una editorial, luego en un banco y deja sin terminar una tesis de doctorado sobre el tema de la muerte en la poesía francesa.
Su primera pieza, La cantante calva, estrenada en el Théátre des Noctambules en mayo de 1950, lo lanza a la fama. Una fama que desde entonces no lo ha de abandonar y que obras como El rinoceronte han de cimentar definitivamente. Hoy puede decirse que el teatro de lonesco es la realización de un anhelo colectivo. Y es curioso comprobar en la real audacia de su “antiteatro’’, en el desparpajo de su ruptura con la lógica, en la huida inexorable desde lo natural visible, que forman la base y los medios de su comicidad, ciertas calidades que a algunos pueden parecer inesperadas. Seriedad y contención de oficio: "soy un modesto artesano, una especie de albañil que conoce ciertas leyes de la construcción dramática pero de manera empírica, intuitiva’’; lo cual no se contradice con una gran lucidez en el enunciado de sus concepciones básicas; “El humor es libertad”; “la imaginación no es arbitraria, es reveladora”; “nada más racional que la imaginación”. Lo irracional es la vida. De ahí un realismo que llamaríamos interno, no sólo del individuo, interno en la sociedad misma. Habiendo agotado varias ediciones de sus piezas en los volúmenes de la colección Gran Teatro del Mundo, Losada reedita ahora las principales obras de lonesco en su Biblioteca Clásica y Contemporánea.